MEMORIA DE LOS ESPACIOS QUE HABITAMOS. IV

Las elecciones de febrero de 1936 influirán en la toponimia de algunas calles de Ontinyent. Entre ellos el C / Labradores actual calle Capellans, donde el Frente Popular obtuvo los mejores resultados de la ciudad. Para celebrar la victoria, a esta calle le cambiaron su viejo nombre por el de C / Triunfo. El resto de calles se dedicaron a políticos y un pedagogo relacionado con el ideario educativo republicano y progresista.

En cada una de las calles encontraremos espacios y edificios que vienen a confirmar esa influencia del periodo democrático republicano. En la calle San Antonio, entonces Nicolas Salmeron, se ubica el espacio escolar vinculado a la iglesia, de nombre Pureza de María. Durante la República en Guerra será utilizado por los alumnos del Colegio de Huérfanos de los Carabineros.

La actual calle Morereta recibió el nombre de Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT sustituyendo así la denominación de Calle San Jacinto. Esta calle nos da paso a la Pl. de Santo Domingo

Pero si tengo que hacer notar la toponimia de dos de los espacios urbanos, que forman parte de nuestra cotidianidad son la calle Capellans y la Pl. de Santo Domingo.

La calle Capellans , también Labradores y Triunfo en 1936, serán sobre las que me gustaría hacer alguna nueva aportación. Es una calle que, en el ámbito de las fiestas de Moros y Cristianos, se ve atravesado por la diana del domingo. Como ocurre en otros espacios habitados de nuestra ciudad, será el mundo festero el que dote de contenido el discurso de nuestros espacios habitados. Pero, es verdad que, la calle Triunfo, aporta a la memoria democrática onteniense, sobre todo en su primera experiencia republicana de los años 1930, un discurso distinto, donde las protagonistas son las mujeres.

La singularidad no viene terminada por la nueva denominación de la calle. Lo es, en mi opinión, porque las mujeres pudieran manifestar no sólo su voluntad política ejerciendo su derecho al voto, sino porque protagonizaron un hecho singular. Construyeron una falla para celebrar el triunfo progresista y ridiculizar, a la vez, a otras dos mujeres, pertenecientes a Derecha Regional Valenciana.

Al finalizar la guerra y vencer el ejército sublevado, se inició la maquinaria represora sobre las mujeres que hicieron la falla. Fueron juzgadas porque algún vecino vinculó este hecho con la muerte de aquellas dos mujeres que inspiraron los dos muñecos que quemaron en la falla. En 1936 murieron asesinadas dos mujeres de Derecha Regional Valenciana i en 1939 este hecho sirvió para ser juzgadas aquellas ocho mujeres que celebraron la victoria del FP. Esta historia llama mi atención y espero profundizar en otra entrada ocupándome con un poco más de detalle. Lo verdaderamente cierto es que estas dos mujeres murieron y las otras ocho se libraron del pelotón de fusilamiento, como otras tantas, que ni tuvieron esa misma suerte. Ese es el caso de las 13 Rosas, que hoy se cumple los 80 años de su asesinato en las tapias del cementerio de la Almudena en Madrid.

La Pl. de Santo Domingo, denominada Pl. de Pi y Margall aunque antes del periodo democrático republicano recibía el nombre de Pl. del Cardenal Benlloch, es otro de los espacios destacados de la memoria democrática a Ontinyent.

Esta plaza era y es un lugar emblemático donde encontramos todavía algunos edificios que le dan vida a este espacio público. Se trata pues del teatro Echegaray, conocido, entonces, para el imaginario popular como Teatro Leocadio. Espacio dedicado al cine comercial, el teatro y representaciones de zarzuela. Teatro donde asistieron los ingresados en el Hospital Militar Internacional, o las enfermeras que allí trabajaron como fue el ontinyentina Remedios Santamaria Penalba. Actuó Miguel de Molina y también fue el espacio para despedir a los Brigadistas Internacionales responsables de la atención médica y sanitaria de los heridos, entre ellas las conocidas en Ontinyent como las «Mamás belgas».

En aquella plaza acudían los jóvenes soldados convalecientes, en busca de la compañía de las jóvenes ontinyentinas, para olvidar los horrores de la guerra. De este modo Benito Ballesteros de Miguel conoció al ontinyentina María Ureña Soler, relación que se consolido para siempre.

Allí mismo, se encontraba la sede de la CNT, en la casa medianera con el teatro Echegaray que en la actualidad ha sido sustituida por un edificio moderno. Uno de los niños evacuados de Madrid dejó constancia de aquella huella en forma de edificio al dibujar la plaza, identificando la sede del sindicato anarquista.

También se construyó uno de tantos refugios antiaéreos para dar protección a la población civil, con la fortuna que la ciudad de Ontinyent nunca fue bombardeada. La II Guerra Mundial empezaba 1939 por lo que las autoridades municipales franquistas, decidieron mantener estos espacios de protección pos si hubiera que volver a utilizar. En la actualidad no está habilitada su visita, esperamos que en un futuro las nuevas autoridades municipales tomen alguna decisión con respecto a este refugio antiaéreo.

 

 

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