EL RECUERDO DE JOAN CANÓS. EL PERIÒDIC D’ONTINYENT. 12.12.2020

Es recurrente encontrar entre los niños evacuados el hecho de recordar el trato amistoso y amable que recibían por parte de los vecinos y vecinas de Ontinyent. Se lo decía a Arantxa Vidal estos días en que departiremos alrededor del artículo que ha generado esta nueva entrada a mi blog.

Recuperando viejas publicaciones y notas que he ido acumulando en mi quehacer investigador recordaba el testigo de Herminia Álvaro Suárez cuando decía «Es difícil que yo pueda expresar lo que recuerdo de Ontinyent, porque llenó mi alma de tanta luz, tanta espiritualidad, de tantos deseos de colaboración al prójimo, de tanta felicidad espiritual.  Bueno muy difícil, muy difícil, pero mi alma se fue educando moldeando, yo tenía protección de ellos». Herminia era una niña ciega que permaneció en Ontinyent durante los tres años de guerra al balneario de la Salud.

Ricardo Fombuena Vidal era otro niño evacuado en Ontinyent. Las visitas que hice a Madrid y Torrebaja, lugares donde repartía su vida hasta su muerte, me explicaba como bajaba al cine Onteniense o al Teatro Echegaray para conseguir entradas que le regalaban o disfrutarbade las golosinas que algún vecino le regalaba. Ricardo vino evacuado con su hermano Alberto y su madre Teresa que trabajaba de enfermera atendiendo al centenar  niños invidentes del Colegio Nacional de ciegos de Madrid, instalado al Balneario de la Salud.

Alfredo Díaz Donate, también niño evacuado en Ontinyent y que, años después, se casó con Hermínia, nos deja constancia de los buenos recuerdos respecto del trato de aquel hombre que recuperó el aparato de radio que fue confiscado y utilizado en la colonia del balneario. La sorpresa de Alfredo fue mayúscula. Esperando recibir reproches por parte del propietario encontró una reacción muy comprensiva; los invitó a merendar.

De esto nos habla Arantxa Vidal en su artículo, recuperando del olvido, el recuerdo de otro niño, en este caso de Joan Canós, que permaneció evacuado en Ontinyent en 1938. Vale  la pena invertir unos minutos en leer esta nueva aportación a qué Arantxa a la que nos tiene acostumbrados.

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