«EL ÚLTIMO SOLDADO DE LA REPÚBLICA» EN ONTINYENT.

Las redes sociales me han hecho llegar una noticia que se publicó el pasado 16 de noviembre con el título «Los últimos de la Guerra Civil». Esta noticia me ha recordado otra publicada el 21 de junio de 2016. Las dos se acompañan de fotografías que nos muestran a los hombres y mujeres que sobrevivieron a la guerra civil. Querría centrarme en el artículo «Los cien años de Ignacio Plaza», más que nada por tener la oportunidad de conocer a Ignacio Plaza Rodríguez. Maestro de la República que trabajó durante la guerra en el Hospital Militar Internacional de Ontinyent. Es otro protagonista en vida que reside en Talavera de la Reina, que con 94 se matriculó en la UNED para estudiar historia y que no deja de publicar libros. He tenido la oportunidad de leer, antes de que se publique, «El último soldado de la República». Se trata de un texto de carácter autobiográfico, donde relata su estancia al Hospital Militar Internacional de Ontinyent, entre otras circunstancias y experiencias de su vida. En esta entrada he querido recuperar, de nuevo, la memoria de Ignacio Plaza Rodríguez. Fue él quien, en diciembre de 2015, telefoneó en casa para hablar conmigo y explicarme su experiencia en Ontinyent y más concretamente en el hospital. Ignacio tenia conocimiento que habíamos rodado el documental «Las mamás belgas». La sorpresa fue mayúscula. Un hombre, formado en la república como maestro y que vino trabajó en Ontinyent como transfusor de sangre, telefoneó en casa para hablar conmigo. No me lo podía creer. A continuación, telefoneé a Sven para explicarle que había contactado con él. Sin pensarlo, después de las fiestas de Reyes Magos estábamos, Lluïsa, mi mujer, Sven y yo camino de Talavera de la Reina para conocer a Ignacio con la complicidad y apoyo de su hijo Manolo para entrevistarle. Increíble pero cierto, aquel hombre recordaba muchos detalles de su trabajo, del viaje con una de las enfermeras internacionales en València, de la ocupación de Ontinyent por el ejército fascista. Nuestra presencia en su casa despertó la curiosidad de su mujer Gloria, congeniando con Lluïsa mi mujer. Desgraciadamente el documental estaba ya finalizado y queda el trabajo de la postproducción. Yo no era, ni he sido nunca, el director del documental, pero todavía no tengo claro porque se tomó la decisión de no incluir este testimonio vivo en este magnífico trabajo audiovisual.

La primera tarea que desarrolló Ignacio en el Hospital Militar Internacional fue en la sala de mecanoterapia, es decir en la sala de fisioterapia, donde aplicaba corrientes, onda corta, rayos ultravioleta y hacía masajes. El hospital no disponía de transfusión de sangre y requería este servicio de otros hospitales, principalmente de València, por lo que una enfermera holandesa propuso a Ignacio Plaza Rodríguez que asistiera a un curso de transfusión de sangre en València. El problema se presentaba en el momento de la transfusión de sangre porque se tenía que hacer venir un equipo desde València. Esta circunstancia facilitó la creación del servicio de transfusión en Ontinyent del que se encargo Ignacio Plaza. Hablando con él, nos explicó con claridad el procedimiento.

Meses después de este encuentro con Ignacio Plaza, Luis Sevillano publicó unas magníficas fotografías, las podéis encontrar en este enlace Los cien años de Ignacio Plaza. El País 21 de junio de 2016. En este otro enlace Ignacio Plaza, talaverano de 102 años, a punto de publicar dos libros podéis encontrar una noticia del año 2018 con un video sobre la historia de este hombre. Está trabajando, sino se ha publicado ya, un nuevo libro que lleva por nombre «El último soldado de la República», texto que he tenido la satisfacción de leer y en el que se dedica una parte a su estancia en el Hospital Militar Internacional de Ontinyent. Si queréis conocer un poco más sobre el último soldado de la República, podeis visitar  su blog personal.

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *